Editorial Letra Viva© - Since 1999
Yelaine Martínez Herrera
Yelaine Martínez Herrera nació en Las Tunas, Cuba. Se graduó de Licenciatura en Periodismo en el 2012, en la Universidad Ignacio Agramonte Loynaz, de la provincia de Camagüey.
Ha sido premiada en varias ocasiones por sus décimas y su poesía, como el Primer Premio en el Concurso Nacional de Literatura El Ballet Nacional de Cuba desde la Perspectiva de un estudiante universitario (Crónica, 2010); el Tercer Lugar en Encuentro Nacional de Literatura Gertrudis Gómez de Avellaneda, de la Universidad de Camagüey (Poesía 2011) y el Premio Especial del Concurso Nacional Luis Suardiaz Rivero (Poesía 2011).
Obras suyas aparecen en la Revista Cultural Quehacer (Las Tunas) y en las Revistas Universitarias Alma Mater y Resonancias, así como en folletos por la Jornada Provincial de Poesía Gilberto E. Rodríguez y la Feria Del Libro y la Lectura en Las Tunas.
Una selección de sus poemas aparece en una Antología de Poetas Tuneros, actualmente en proceso de edición. Trabaja como Reportera en el Periódico 26 de Las Tunas.
Abril 2013, Colección Los Nuevos: Tatuajes en el Alma.Esta joven poetisa cubana, que Las Tunas tiene el honor de recibirla y acunarla como el ángel que es, nos regala en este excelente poemario toda la grandilocuencia que pervive en sus sueños y atrapa, sin dudas, la sensibilidad completa del más frívolo de los hombres.
Su verso cabalga sobre la vestimenta de oro de los unicornios. Nos hace soñar, saltar, mordernos la palabra, transmutarnos a esos demonios que también se esconden en el alma humana y la marcan, como los tatuajes y las mordeduras.
Es un cuaderno que nos muestra la fuerza y la pasión que, quizás, son invisibles a los ojos del mundo, ante su frágil y menuda imagen de niña acorralada en el jardín de la imaginación y el miedo. Su pluma atraviesa, con dulzura y extraordinaria fuerza, rasga, esos límites donde se confunden realidad y ficción, amor y dolor, fuego y agua, fantasmas y añoranzas. Esperanzas y descuidos, paz y desespero.
El erotismo se transforma en tibio beso entre las estrofas y los sonetos, tanto de su décima como de su poesía. Llega fresco, como gotas de rocío, purificando la insinuación del deseo burdo y maltratado. Todo un reto para quienes pintan el amor sin sus esquinas sublimes y descarnan el sexo, como un grito salvaje de la carne.​